domingo, 19 de febrero de 2012

de un vistazo

Parece que España es el país con mayor número de ópticas por número de habitantes. A pesar de eso yo no lo veo claro. Y creo que como yo muchos. Y ahora que es tiempo de recortes, yo apuesto por dejar en paz la sanidad y la educación, o la educación y la sanidad, y suprimir las alfombras rojas de ceremonias Goya trasnochadas, donde los guapos/as se lucen. Y los 12.000 euros por minuto del programa de José Mota me duelen tanto como los miles de euros que recibió el mismo junto con otra guapa por contar de 1 a 12 mientras un reloj nos avisaba de que el maldito año de los recortes entraba. Lo mismo que me duele que la TV pública pague por derechos millonarios del fútbol. A dos pasos, Andalucía y Euskadi, de que las fuerzas conservadoras dominen este país, dominio absoluto, el aval de los votos, dice Rajoy, les da fuerzas para legislar reformas. Justa para él, injusta para los manifestantes, que hoy Domingo, salen a las calles en protesta. No sé cuantos van a las manifestaciones, tampoco importa. Dicen que una empresa que se dedicaba a contar este tipo de cosas, Lynce, ha quebrado y cierra. No me extraña, a eso se le llama ser un lince para los negocios. Ahora que los que deben invertir tienen la reforma que siempre han pedido espero que inviertan de verdad y creen trabajo, pero también de verdad. Y que tengan más vista que los cuentapersonas. Aunque yo sigo sin verlo claro, mi vista dejó de ser la de un lince, pero, ¿saben una cosa?, los empresarios no son más listos que los trabajadores, solo tienen más dinero, aunque lo que hace falta realmente es que sean buenas personas, lo único que cuenta. La pelota la tienen ellos, pero no pueden quedársela, su obligación es compartirla para que juguemos todos.

historias de angeles

Las ciudades están hechas de historias, que pueden ser cuentos, tragedias, diarios, caprichos, heroicidades, o misterios, todo lo que ocurre en sí mismo es parte de la historia y podría ser contada como tal. New York tiene las suyas y algunas de ellas, aparecidas en forma de reportaje, parte de la sección del New York Times que cuenta lo que pasa en la ciudad desde otro punto de vista, acabaron recopiladas en este libro, que no tiene desperdicio. Me quedo con el cuento, porque parece mágico, o con la tragedia, porque en el fondo lo es, de Jorge Muñoz, inmigrante colombiano que desde hace años reparte comida diariamente a los más desfavorecidos, o desempleados, o personas sin hogar. Ocurre en una zona concreta del barrio de Queens. Por la noche, después de su propia jornada laboral, con la comida preparada en casa por su familia y amigos. Dice de él su hermana que no tiene vida. O quizás sí, y tenga más que nadie. Su apodo es "Colombia", condecorado por el propio Obama, véanse las incongruencias del sistema, que no llega a todas partes pero reconoce la solidaridad. Y son los ciudadanos, anónimos la mayoría de las veces, quienes llegan o intentan tapar agujeros. Por algo le llaman también el angel de Queens.
More New York Stories. The best of the city section of the New York Times. 2010

viernes, 10 de febrero de 2012

refugio

Hay que escuchar a los listos, no a los tontos, hay que escuchar a los que tienen la razón, hay que escuchar a los sabios, pero no encontramos a los listos, la razón no se sabe dónde está y a los sabios no se les escucha lo suficiente. Vivimos en tiempos de juicios oficiales y paralelos, donde la justicia imparte decisiones con las que no todo el mundo está de acuerdo, aunque ante la sanción deportiva de Contador, que desata un absurdo furor patrio, es bastante unánime la queja, y también pueril, se nos ve la vena conquistadora, el resurgir del imperio español, en lo deportivo, claro está. No estamos para otros alardes ni para presumir de nada más. Mientras, Garzón persigue a los malos y acaba inhabilitado, dicen los juzgadores que el fin no justifica los medios. No se debe acudir siempre a las frases hechas, cansan y las hemos agotado. La misma portavoz del CGPJ que pide respeto para el Supremo dice, refiriéndose a Urdangarín, que no todos los imputados son iguales. Error de bulto. Siempre hubo clases. Ahora la actualidad se centra en cómo entrará a declarar a los juzgados. A mí se me ocurre que lo haga levitando. No llueve a gusto de todos, no es frase hecha, será refrán, del vasto refranero español, esa España que hoy apunta reformas laborales milagrosas mientras caminamos por el invierno, desangelados, a falta de sabios que nos orienten de verdad, perdida la fe buscamos en la tierra la razón, la inspiración, la palabra precisa, el común de los humanos o la humanidad común; pero esto último sí tiene nombre, y se llama amor, y no se pone en práctica todo lo posible, porque la envidia corroe, el ansia de poder y dinero anula los sentimientos y el absurdo planta sus huestes por doquier. Y es así como, a veces, cansado y hastiado, me refugio en la poesía, dulce anhelo de tantas cosas, conjuntos de palabras que alimentan mi espíritu, sin más, y me dejo llevar, sin acritud.
“La felicidad, lo confieso, me hubiese complacido, pero ya que no cae de las nubes a mis pies, no voy por ello a asaltar los cielos”
Heinrich von Kleist (1777-1811)