sábado, 15 de diciembre de 2012

los bravos

Me alegro de haberme acercado ese día a la feria del libro antiguo de otoño de Madrid. El paseo de Recoletos acoge a libreros de toda España año a año, los que parecen una especie en extinción, tan rodeados como están de aparatos de toda índole que presentan imágenes, textos y ya libros. Pero el libro de siempre tiene su encanto. Y el usado aún más, a veces encuentras un marca páginas, una anotación, una fecha, algo que te hace pensar. No encontré nada de eso en este libro, sólo pasión, la que pongo yo para acabarlo, tan enganchado que me deja. El libro es de aquella famosa biblioteca RTV, de Salvat, de portada en cuadro naranja, en edición del 71, aunque la obra es del 53. Me alegro de haberme gastado el euro, así sin más, dicen que leer es caro, o que el placer también, ya me dirán. Y lo elegí como quien elije un sobre sorpresa de esos de la infancia, soñando con lo que albergará. Y éste libro alberga de todo, ambientado en un pueblo, contiene la soledad, el calor, el silencio de muchos o de todos los días, las miradas y la enfermedad, las pocas palabras y el deseo de escapar, la rutina esa que hace pasar la vida, el amor a escondidas, y el amor a la luz, gastado o nunca querido, y el domingo. Y la miseria, también rutinaria, de la que no se sale tan fácil, y es que los protagonistas parecen condenados o encadenados a ese pueblo, uno de tantos de aquellos años cincuenta.


Los bravos. Jesús Fernández Santos. 1953

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