viernes, 9 de noviembre de 2012

lago tahoe - verano del 92 (8)



John Fremont y Kit Carson, exploradores del oeste, descubrieron el lago para el hombre blanco el 14 de febrero de 1844. Tahoe significa “gran agua” y de verdad que lo era. Es el segundo mayor lago del mundo después del Titicaca, se encuentra a una altura de 1860 metros y tiene una profundidad de hasta casi 5 kilómetros. Con una orilla de más de 100 km se encuentra en un sitio privilegiado que atrae a la zona a turistas y a residentes que a lo largo de la orilla disfrutan de los deportes acuáticos o del descanso con vistas a los inmensos bosques que rodean las aguas. A su lado una estación de esquí con impresionantes panorámicas del lugar aumenta el número de visitantes. Mi recuerdo del lago Tahoe también va ligado a un motel en los alrededores, la habitación podía haber sido escenario de una película de Tarantino, viaje en el tiempo, lo que se dice vintage ahora, hablamos del 92 de todas formas. Recuerdo colores chillones y una cama amplia donde un botón adjunto provocaba lo que quería ser relax o meneo, llámele como quiera. No recuerdo al dueño o al que poblaba la recepción, pero sí que dormimos sin miedos, con vistas al parking, como todo motel que se precie.
El Mono lake, o lago mono se encuentra en California, cercano al parque nacional de Yosemite y constituye una rara especie de lago salino, hábitat para multitud de aves migratorias, gaviotas y otras especies, así como para los camarones de agua salada. Son características de este lago las “tufa towers” o torres de piedra porosa que han crecido a lo largo de miles de años adoptando formas caprichosas y que confieren al lago un curioso perfil. De aquí al Yosemite, parque nacional. El recuerdo que guardo es de una sequía que hacía casi imperceptible los famosos saltos de agua. A pesar de la ausencia de agua el verdor continuaba y el “Gran Capitán” y el “Half Dome” seguían erguidos ahí a merced de los arriesgados alpinistas que quieran subir y trepar, hasta arriba, simplemente porque están ahí, como dijo alguno de ellos, paredes que llevan a algún sitio, verticales, escenario de odiseas y también de tragedias.  Dentro del parque Yosemite puedes ir a Mariposa Grove (o bosque Mariposa). Alberga una colección de sequoias gigantes, algunas se atraviesan andando, otras se admiran, y la vista alcanza a ver el final, monstruos de tronco inabarcable y brazos que salen y se retuercen allá en las alturas. Dicen que hay más de 500, la sombra está garantizada, o casi. Y la sensación de haber visto algo fuera de lugar también.

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