lunes, 5 de noviembre de 2012

a modo de introducción-verano del 92 (1)



Las Woodfin Suites de Sunnyvale, California ya no existen como tales. Lo que eran apartamentos a modo de recinto hotelero dieron paso a pisos privados. En mi memoria siempre existirán. Se puede ser feliz con poco o con mucho según se mire, en lo material basta con un piso reducido, una habitación, un salón cocina y un baño, nada más, nuestro espacio de vida para tres meses de trabajo en la Tandem Computers. Y con algo de dinero para viajar, eso siempre ayuda. Y lo anímico se disparó hacia arriba, también ahí se puede estar en las nubes con poco, pero pareciera infinito, es cuestión de varas de medir. Es esa alegría que fluctúa en función de la vida y sus momentos. Y entonces tocaba proyectar a futuro y lo hicimos, y volamos dos en la ida, y regresamos dos más uno, un esqueje de vida que luego se llamó Mikel; por eso y por muchas otras cosas, el verano del 92 será siempre ese verano en el que nos quisimos tanto.

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