domingo, 14 de octubre de 2012

de caballeros y guerras jul-92 (3)



El paradigma de los caballeros es el Rey Arturo. La literatura y el cine se han encargado de elevar a figura de leyenda lo que no está claro qué fue. Y si desde niño has disfrutado de las películas de caballeros de la edad media en sesión doble o sencilla, sólo escuchar su nombre permite evocar el resumen del ideal de la época. Así que no hay nada que pueda evitar el que pensemos que el Rey Arturo de las películas quizás no fuera como tal pero sí que sería una mezcla, aunadas las virtudes de los buenos, y excluidas las maldades de los bellacos, de los miles de personas que guerrearon en aquellos años oscuros. Quizás sea Excalibur la película más apasionante sobre el tema, de 1981, todas las leyendas caben en ella, desde el mago Merlín, hasta Lancelot del lago pasando por la reina Ginebra. Y es en el Great Hall de Winchester, lo que queda del castillo de la ciudad, donde se encuentra la que dicen que podría ser la famosa tabla redonda del rey y sus caballeros.  Más tangible es la realidad en Dover, encuadrada en lugar estratégico, a tan sólo 35 km de la costa francesa de Calais, se le conoce como “la llave de Inglaterra”. Aquí llegó Julio César en el 55 AC para establecer 400 años de dominación romana. Todavía se pueden ver vestigios romanos en la ciudad. Y encima de sus acantilados blancos resalta el castillo, con varios kilómetros de túneles bajo su estructura que sirvieron de base de operaciones en múltiples guerras, y en la segunda guerra mundial como ventana abierta a la defensa ante posibles invasiones marítimas o ataques aéreos. Desde ahí dicen que siguió el primer ministro Churchill el desenlace de la Batalla de Inglaterra o enfrentamiento aéreo entre Inglaterra y Alemania que abarcó de Julio a Octubre de 1940 y que significó un punto de inflexión importante en la guerra, ya que Hitler no pudo lograr su objetivo de  derrotar a la fuerza aérea británica. Y acabamos en Ely, con magnífica catedral y ciudad que debe su nombre a las anguilas que poblaban los alrededores.  Ligada a la historia por muchas razones pero sobre todo por haber sido residencia durante diez años de Oliver Cronwell, el que durante 5 años, 1653-58, convirtió a Inglaterra en una República. Conocido como Lord Protector, fue ejecutado, colgado públicamente y decapitado, tres años después de su muerte por enfermedad, más que nada para que no quedara duda de quién mandaba y de qué pasaba si se ejercía la desobediencia.

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