martes, 18 de septiembre de 2012

toledo-tavera



Toledo es sinónimo de El Greco, y sus obras están por todas partes. Comenzamos visita en el Hospital de San Juan Bautista, también llamado Tavera o de afuera, por encontrarse en el Toledo llano, a los pies de la montaña que alberga el resto del Toledo monumental. Llamado Tavera porque fue el cardenal de dicho nombre el que lanzó la construcción y donde está él mismo enterrado en un excelso sepulcro de mármol blanco obra de Alonso Berruguete. Dicho cardenal llegó a ser inquisidor general del reino y mano derecha del emperador Carlos V, y aparece demacrado en los cuadros, dicen que fue retratado ya a su muerte, a partir de su máscara mortuoria, y El Greco no le añadió vida al rostro. Hospital de caridad hasta 1939 se despliega en torno a un doble patio o patio gemelo, conserva buena parte de la antigua farmacia y sus grandes salas son hoy museo de la Casa Ducal de Medinaceli. Arte e historia en conjunción, en visita guiada interesante, por salas donde un día los enfermos escuchaban las palabras del capellán leyendo la biblia. Sorprende la cripta, donde nobles de España están enterrados y donde, sorprendentemente, el centro de ésta proporciona un amplificador de sonido que no entiende de cables ni de electrónica. Sólo la piedra y su distribución provocan dicho efecto. Ya en la calle, las cuestas se hacen obligadas para llegar a la plaza Zocodover donde el turismo, aún siendo lunes, está presente en forma de innumerables grupos que atienden a guías y explicaciones. Ajenos a todo o integrados en el día a día algunos intentan mostrar su protesta silenciosa, mediante carteles. Son los lunes al sol, reunión de parados, de periodicidad semanal, “estamos en manos de sinvergüenzas”, dice un cartel. No hay amplificadores adicionales, sólo el incipiente calor de una mañana de finales de verano.

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