domingo, 8 de abril de 2012

paseante

Es prodiga la literatura sobre Nueva York. Alfred Kazin aporta otra visión. La suya, propia y personal, basada en sus recuerdos, esos que viven por siempre, esos que traen los momentos clave, o los que se adivinan fueron claves, esos que trajeron momentos estelares, esos que acarrearon instantes de suprema felicidad, esos que se recuerdan porque no vuelven tan fácilmente, esos que se produjeron allá por la infancia, esos que se rememoran cuando se pisan las calles nuevamente, esas que ya el paisajista urbano transformó, aunque las esquinas sean las mismas, pero ya los viejos olores han desaparecido, ya las costumbres han variado y ya nadie espera allá donde solía.
Un paseante en Nueva York. Alfred Kazin. 1951

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