sábado, 15 de octubre de 2011

kofi annan

Cada vez que veo a Kofi Annan me acuerdo de Morgan Freeman, actor, que interpretaba a un Dios negro vestido de blanco en el cine, en uno de esos papeles que, de tan ridículos que son, suponen no un espaldarazo sino una mancha en la carrera de alguien. El antiguo jefe de la ONU viene a Euskadi a participar en algo que unos señores denominan Conferencia de Paz. Dicen que los de Bildu hablan de llevar a ese foro reivindicaciones tales como reconocimiento social de los terroristas, trato humanitario para estos, y como guinda, una pensión a modo de indemnización. Milagros en la ONU ocurren pocos, él no los hizo, así que no espero aquí muchos por parte de Annan, pero sólo pido que por lo menos, no le engañen los que juegan a trileros y te mueven las bolitas tan rápido que no te enteras. Espero que el señor Annan no acabe dando palmaditas en la espalda a aquellos que todavía no saben que sólo tienen una salida.

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