sábado, 22 de octubre de 2011

estado de ánimo

Va a resultar que correr también es un estado de ánimo. Carrera del CSIC, mi primera participación, todo en orden, y de repente el bajón, Recoletos y la Castellana, hacia Plaza de Castilla, pican hacia arriba, algunos no lo saben, siempre van en coche, y la subida se hace larga, interminable, aprendí a regular, pero aún y todo; en Alberto Alcocer más subida, no tan fiera como la pintan, y de repente, como por arte de magia, vuelven las fuerzas, y la temida cuesta parece llana, y al coronar ya falta menos, y el ánimo se enerva y toca casi bajar, ya da igual, la sensación es otra, las fuerzas volvieron, escondidas, renacidas, y la bajada por Serrano se disfruta, como en las grandes ocasiones y se concreta la zancada y la edad se reduce, y el cuerpo no se reconoce y camina hacia la meta, giro a la derecha y se acabó. El ciclo se invirtió, para el recuerdo y para el optimismo, incluso para la esperanza de que la próxima competición genere tanta dopamina mi cerebro como en ésta.

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