“En Goya, el soporte creo que no existe” (Ernesto Sábato)
Todo empieza con un pespunte invisible. Sin soporte físico en forma de aguja, alguien parece zurcir la bandera tricolor, acercando y alejando la mano, llevándola lejos, con calma, hasta un punto donde emprende el regreso hacia la tela. Mientras, el público todavía habla y comenta, es el preámbulo, y las luces se empiezan a apagar. Y todo finaliza con la voz, interpretando La bien pagá, rodeada de llantos, emoción y coros. Y entre medias, el espectáculo, dos parejas, más guitarra y piano como escaso e imprescindible soporte. Y durante la obra, pareciera que los soportes de los humanos, esos cuerpos de edades divergentes, no existieran. Y uno imagina que son las almas las que escuchan canciones y voces, se emocionan con gestos y lamentos, con miedos y anhelos ajenos, de actores y actrices que dan vida a lo que en su día fue real. Y el espectáculo se antoja único e irrepetible, es lo que tiene el teatro, o el musical, sólo pasó hoy, y mañana será diferente, y una vez se encienden las luces, el cuerpo vuelve y se reconoce a sí mismo, y qué lástima que lo bueno sólo dure un centenar de minutos.
Ojos verdes. Miguel de Molina in memoriam, con dirección musical de Marc Sambola y Dramaturgia y dirección de Marc Vilavella, representó y representa en el Teatro Fernán Gómez de Madrid.
Berenjenas rebozadas
-
Asar las berenjenas enteras en el horno. Dejar que se enfríen y quitarles
la piel dejando la parte de arriba como en la foto. Hacerles unos cortes y
estend...
Hace 4 semanas
No hay comentarios:
Publicar un comentario