domingo, 13 de febrero de 2011

rebelión

Me rebelé contra todo hasta el sol (Dani Martín)

Enhorabuena a los egipcios por el final de su rebelión. Mubarak se rinde. Es sólo el principio de un largo camino. Les deseo lo mejor.
Yo me rebelaría contra las condiciones atmosféricas, pero no valdría de mucho, por ejemplo, contra el anticiclón de las Azores. Y contra aquello que provoca que mi alergia se agrave, como las condiciones ambientales en forma de contaminación. No estoy en paro, menos mal. Si no, ya me habría asfixiado. Eso dice Ana Botella, que esto de la contaminación no es nada comparado con el problema del paro. Los parados se mueren de asco y los que sufren del sistema respiratorio respiran peor. Los que padecen ambos problemas están de enhorabuena. Se acumulan los problemas. Cortoplazistas. Se dice de aquellos que no miran más allá de sus narices. Que sólo piensan en el mañana, dentro de 24 horas. Los que nos gobiernan son especialistas en eso. Unos más que otros. Aunque la culpa de que nos gobiernen la tenemos nosotros. Lo peor es que no sabemos si estamos siendo engañados también en eso de la polución. Rebelión, bonita palabra. Rebelión en las URNAS, con mayúsculas. Podría ser el título de una película y del glorioso comienzo de algo diferente, de un concepto que ponga al ser humano en el centro de la esfera diaria. Un mundo mejor, una ilusión. Mientras espero la lluvia, como agua de febrero, para que se lleve la mierda de la atmósfera, me pregunto qué motivos tendría usted para rebelarse. ¿Lo ha pensado bien?

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