domingo, 21 de noviembre de 2010

previsible

Lo previsible en el mundo tecnológico es que los componentes electrónicos no fallen. Pero cuando lo hacen sólo vale estar preparado. Somos los humanos los que muchas veces cometemos errores que hacen que los ordenadores no hagan lo que deben y los aviones no vuelen. El factor humano sigue mandando a pesar de todo. En un mundo tan dependiente de la centésima de segundo como el de la fórmula 1 no sorprendía que todo el mundo apostara por el mismo orden de la parrilla de salida como podio final y broche del campeonato. Se olvidaban del factor humano, de lo que convierte al fútbol en una pasión y a las carreras de coches en un insufrible tostón, se olvidaban de lo imprevisible, del azar, de la influencia no divina, sino humana, y a veces, hasta ambiental. Me alegro por Botín, así tendrá oportunidad de seguir gastando dinero en sus juguetes de cuatro ruedas, pintados de rojo sangre. Porque estar preparados para el fracaso consiste para él en aflojar la cartera e invertir para que el coche corra más, con permiso de los ingenieros de las otras marcas que no deben de ser mancos.
De vuelta a España, parecía previsible que en algún momento se pensara en una ley para la muerte digna. Esa dignidad es la que deberíamos alcanzar para todos, a nivel planetario. Y precisamente porque sabemos que existe la miseria, no es necesario que nos presenten la foto de portada del El País del día 18 de Noviembre, donde una mujer yace en la calle, en Haití, desnuda, a la vista de todos, enferma de cólera, mujer que mira a la cámara y no es capaz de reaccionar. Nadie puede responder si era previsible la cólera de Haiti, pero lo que sí necesitamos es que nos digan si alguien ayudó a esa mujer de la foto, si alguien la sacó de la calle, la llevó a un hospital y la intentó curar. Necesito saber si alguien estuvo atento en cuidar de ese ser humano, algo que entraría dentro de las previsiones normales.

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