sábado, 16 de octubre de 2010

mas o menos

No sé qué hacemos viendo en la tele esos programas que nos presentan las casas de los ricos. Lujos inalcanzables que quizás nos despierten la envidia, la admiración o no sé qué. Y me pregunto qué hay que hacer para llegar a eso, y se me ocurre que trabajar más, aunque sea falso, pero eso es lo que dice el presidente de la CEOE, que trabajemos mas, pero ganando menos. No entiendo que todavía tenga la caradura de hablar alguien que ha llevado a la quiebra a viajes Marsans. Pues ganando menos difícilmente llegaremos a salir de pisos normales sin piscina privada ni espacios infinitos para el descanso, fuera del alcance de los molestos vecinos. Quizás haya que protestar más. En Francia, estos días, las protestas se acumulan; no se limitan a un día de huelga, como nosotros, día que pasa de puntillas, casi a hurtadillas, casi día festivo. No, allí las huelgas tienen un componente de rebelión, el motivo es manifestar su descontento contra la elevación de la edad de jubilación. Y se ven cosas que no se ven aquí, no sólo la duración y continuidad de la protesta sino la involucración de colectivos que aquí pasan desapercibidos, y me refiero a los estudiantes, que no sólo cierran institutos sino que toman las calles. ¡Que se muevan los jóvenes!, grita alguien. Así es y será siempre. Los asilos no guardan fuerzas. O nuestra sociedad es demasiado mayor o nuestros jóvenes tienen la senectud avanzada. Y hasta los sábados hay protestas. Aquí el sábado es sagrado, día de centro comercial o de nada, pero sagrado. Nadie hará nada por nosotros. Son sólo diferencias, pero diferencias que marcan el futuro, reflexione usted.

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