domingo, 26 de septiembre de 2010

un poco de locura

El mundo del fútbol no puede reducirse a lo razonable. No hay paz suficiente, la reflexión viene marcada por el corazón y no abunda la objetividad. Es decir, lo mismo de hace treinta años. Se discuten las decisiones, se ataca al árbitro y se enmascaran los propios defectos. Surge la polémica de las tarjetas rojas por juego sucio. No debería haber discusión en eso. Un jugador, de nombre innombrable, es expulsado por lesionar a Messi, esa es la diferencia entre querer crear y querer destruir. Y lo dice Guardiola en una campaña publicitaria del Banco Sabadell que utiliza su imagen. En Valencia, a Mourinho, entrenador del Madrid le muestran un cartel que dice, “Mourinho traductor”, rebajándole su papel de técnico, recordándole como empezó. La crueldad del aficionado no tiene límites. En la sexta los comentaristas se enzarzan en una discusión por la tarjeta roja a un jugador del Athletic de Bilbao. No se puede poner a un forofo de comentarista de su propio equipo, cuando se darán cuenta. En rueda de prensa se comenta esa jugada, donde el expulsado hizo una dura entrada a Iniesta. Él, aplaudido como el héroe de la roja por campo que pasa, sale entre silbidos de San Mamés. El entrenador local, Caparrós, dice que la afición suya es muy sabia, y que 40.000 almas no pueden equivocarse. Bueno, la tasa de premios nobel en los campos verdes no suele ser muy alta Caparrós. Lo de sabio es un adjetivo que ha perdido todo su valor. Y otra cosa que olvida el mister es que en Bilbao no se sienten muy españoles, lo que pasa es que eso no lo puede decir quien come de la mano de su amo, y quien no reconoce que su equipo está a años luz del otro. A Guardiola le preguntan lo mismo y responde que la afición es soberana, para eso paga. Me gusta este mister, se equivoca poco en sus respuestas, tiende a dar ejemplo y algunos, como los de ese banco, le elijen como pantalla publicitaria. Como dice Guardiola, “todo se reduce a sentirse querido”, y él lo consigue dentro de la locura colectiva del mundo futbolístico que habita.

No hay comentarios: