sábado, 7 de agosto de 2010

méxico

Utilizando el alfabeto, Carlos Fuentes desgrana los temas de la vida. Llega a la M y se encuentra con su México. Cuenta que en 1920 el ministro de Educación, José Vasconcelos intentó acometer una campaña alfabetizadora. Por entonces, el 90% de la población se encontraba fuera de los mínimos conocimientos. Los dueños del país, los hacendados, no querían que sus súbditos supieran leer y escribir. Muchos maestros fueron colgados y otros regresaron mutilados. El México de hoy dio el salto hace años y el analfabetismo es residual, pero la barbarie se ha instalado, otro tipo de barbarie, con narcotraficantes, con poder corrupto, con fronteras difusas entre buenos y malos. No todo es la educación, desgraciadamente, sino lo que se quiera hacer con ella. El dinero fácil, la avaricia, el vivir sin más, sin sentido, sin futuro, hace que las armas campen a sus anchas y los muertos se sucedan en una orgía de sangre sin sentido, con muestras de terror que hacen palidecer a los maestros del género de ficción. En este caso la realidad se ha instalado y no parece fácil salir de ahí. Otro México vive a su lado, el de la mayoría, el que intenta salir adelante, pero la mancha para los que vemos de lejos crece y crece y da miedo. Dice el autor, “país inconcluso, México, paciente y sereno, esconde sin embargo la rabia de una esperanza demasiadas veces frustrada”. Sólo queda desear que la frustración no gane más terreno.
En esto creo. Carlos Fuentes. 2002

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