jueves, 26 de agosto de 2010

letra y música

No son famosos, pasan desapercibidos, pero aquello que sus cabezas y almas crearon, sigue ahí, tarareado y cantado, por siempre jamás. Se inventan letra y música y casi no tienen nombre. Bobby Hebb creó “Sunny”, días después de que su hermano y JFK fueran asesinados en un intervalo de 48 horas. Rutina para escapar del dolor, amor para olvidar. Roberto Cantoral escribió “el reloj”, o “el preso nº 9”. Los intérpretes de sus canciones ocuparían mucho espacio. Por último, quién no ha oído alguna vez a Louis Armstrong interpretar “What a wonderful world”. Uno de los autores era George David Weiss. La canción parece un sueño, el tiempo de la canción es el presente y sólo se invoca el futuro para depositar la confianza en los niños que lloran, “ellos aprenderán mucho más de lo que yo nunca sabré”. Toda una declaración de intenciones a favor de la mejora de la humanidad. Todos estos autores tienen en común haber fallecido en los últimos días, tras los que el sol seguirá brillando, el reloj seguirá latiendo y el maravilloso mundo seguirá ahí, esperando que disfrutemos de él.

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