domingo, 4 de julio de 2010

libertad

Hay países donde la libertad es un desafío o un reto todavía a largo plazo. Leo con asombro y con pesar que el fiscal español Castresana, que dirigía la comisión internacional de la ONU contra la impunidad en Guatemala, abandona. Su lucha contra la corrupción se vio amenazada al principio por los intentos de soborno. Luego llegaron las amenazas, los intentos de descrédito, y finalmente, si no se marcha, llegará la violencia. Hay otros países donde la libertad permite que se puedan decir barbaridades e incluso practicarlas. Todavía existen clínicas en España que dicen que curan la homosexualidad. Si hoy salieran por las calles de Madrid, coincidiendo con los miles de personas que celebran el día del orgullo gay podrían reflexionar sobre lo que hacen. No saldrán, su mente no es libre, está prisionera de grandes prejuicios. Seguimos en nuestro país. La democracia es sinónimo de libertad. Por eso a Antonio Gutiérrez (PSOE), que no votó a favor de la reforma laboral, será sancionado, dicen que con 300 euros, por romper la disciplina de voto. Anacronismo absurdo que tendrá que cambiar, tarde o temprano. Pero sí existe libertad para evadir dinero. Se han descubierto 6.000 millones de euros en Suiza. Probablemente sólo una punta del iceberg. Patriotas que evaden para no pagar los servicios que los no ricos necesitamos. Una libertad que se convierte en delito y que tiene que ser perseguido. Menos mal que siempre nos quedará Obama. Su declaración sobre la situación de los inmigrantes irregulares y la necesidad de una regularización en su país saca brillo a la palabra libertad, y vuelve a convertirle en faro para navegantes. No hay nada como tener las ideas claras.

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