martes, 13 de julio de 2010

en tierras bajas

La censura es algo que afortunadamente no conocen nuestros jóvenes de hoy en día. Algunos de ellos ni siquiera creerán que ha existido. Escribes algo y a la hora de publicarlo tienes problemas. No les gusta a los que mandan, que se convierten de la noche a la mañana en los amos de tu libertad. Hertha Müller, nacida en Rumanía, pero de familia alemana, vio éste su primer libro censurado durante la dictadura. Un par de años más tarde pudo ver la luz al completo en Alemania, donde ella se estableció al poco tiempo. Cuando leo esta versión no censurada imagino los cuantiosos esfuerzos, imaginación y gasto de energía baldía que han de hacer los corregidores para encontrar lo censurable. En el fondo, los censores dan pena. Oficio retorcido se mire por donde se mire, ajeno a la realidad de lo que se vive y se siente.
Leer este libro no es fácil. Se requiere atención, fantasía y una predisposición para aceptar su prosa impregnada constantemente de poesía. Recuerdos de infancia, esquemáticos, breves, en un entorno rural, a lo largo de 15 relatos. La premio Nobel llega a mí por haber obtenido dicho galardón. Es lo que tienen los premios, siempre injustos para muchos y justos para otros, pero siempre acercando la posibilidad de que podamos leer algo que de otra forma difícilmente llegaría a nuestras manos.

En tierras bajas. Hertha Müller. 1982

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