domingo, 30 de mayo de 2010

visión europea

No es un festival de excelencias, parece algo hecho para que triunfe lo malo, lo peor, lo más casposo, lo fuera de lugar, los que desafinan, los que se han confundido al elegir el vestuario. Si algo une a Europa parece ser su mediocridad a la hora de elegir artistas para Eurovisión. Algo pequeñito no pudo triunfar. Un anormal se transformó en espontáneo por un momento. El anormal es español o catalán, anormal al fin y al cabo. El payaso de la coreografía daba miedo o risa. En los tiempos que corren quizás hubiera sido buena idea ahorrarse este desfile de bellezas, monstruos y personajes de otro tiempo, como el comentarista español, Uribarri. Se debería dedicar a acertar el gordo de Navidad. Lástima de dinero público.

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