viernes, 16 de abril de 2010

un idioma en la mochila

Me reafirmo en que hay que gastar más dinero en educación, pero también hay que gastarlo bien. Esperanza Aguirre se gasta dos millones de euros en propaganda de los centros públicos bilingües de la comunidad de Madrid. Propaganda inútil para el pueblo, útil para ella y los intereses de su partido. Auto bombo claro. Nadie que esté pagando por educación privada o concertada va a cambiarse a la escuela pública, con lo cual, ¿qué utilidad tiene el anuncio? ¿Hacer ver que la comunidad no tiene abandonado al ciudadano de a pie? ¿Lavar conciencias? Todos sabemos que si hacemos una encuesta, de esas que nunca se harán, veremos que los hijos de esos que nos gobiernan aquí no llevan a sus hijos a la escuela pública. No, para eso está la otra y bien se encargan de no mezclarlas. La igualdad de oportunidades es fachada, cartón piedra de Hollywood. Vayamos al fondo, independientemente de que esté de acuerdo o no en la manía-moda de aprender idiomas, que se haga bien, porque los ejemplos que conozco no son muy acertados. Poco conocimiento de los profesores, mala preparación, falta de medios,… Prefiero las ciencias naturales en castellano, bien dadas, que a medias, en otro idioma. Normalmente, las carreteras no están llenas de clavos, pero como te toque, ya sabes. Lo mismo pasa en las escuelas e institutos de Dios. Y ya tenemos bastante con el azar que impregna la vida como para dejar también al azar la educación de nuestros hijos. El tiempo dará y quitará razones, sólo que para algunos el tiempo pasa tan deprisa que ya están a las puertas de la universidad y han tenido que sufrir lo indecible y tratar con auténticos modelos de lo que no debe de ser un profesor. Y me refiero a niños responsables con familias responsables que se hacen cruces de lo que ven y oyen. Sí, también existen esos niños en la pública, no sólo de la privada salen educados. Menos mal que la editorial Santillana nos da una buena nueva y por fin el milagro en forma de idea genial se ha plasmado en libros por fascículos para que los niños no abarroten las consultas traumatológicas los próximos años. Digo años, porque no sé si se dan cuenta, estamos hablando de educación, igual a futuro, el de nuestros hijos, el que sigo pensando que no importa a todos, ponga usted el porcentaje.

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