los demás

La inquisición no se ha ido, aparece y desaparece, a golpe de tambor, llamada por masas ávidas de diversión o venganza a cuenta de los demás, síntoma de primitivismo, el inquisidor se aposta enfrente de su presa blandiendo en una mano la espada y en la otra la biblia, garante del orden, en contra de la felicidad o lo que sea que el adúltero, en este caso, John Terry o Tiger Woods, ha buscado. Culpables unos, víctimas otras, en este caso las respectivas esposas o esposos engañados. A uno le quitan el brazalete de la selección inglesa y al otro le quitan contratos publicitarios. En fin, somos así, mirando alrededor para ver a quién culpar, para pasar el rato, dejando de lado lo importante, la libertad individual para explorar la propia vida, vaya a saber lo que se cuece en la cocina de cada uno, porque solo nos llega la noticia, el nudo o meollo nos es desconocido. Primitivismo, puritanismo absurdo, deje en paz al prójimo, que busca porque quiere ser feliz, porque le da la gana o porque tiene miedo de la nada de la que venimos y a la que volveremos todos.