sábado, 10 de octubre de 2009

el absurdo

¿Por qué nos rodea el absurdo? ¿Por qué asumimos como algo normal el que un payaso, el fundador del circo del sol, se convierta en el primer payaso espacial? costeándose un viaje de 24 millones de euros para desde allí, desde la estación internacional, llamar la atención sobre el problema del agua ¿Sabe el payaso espacial cuantos pozos de agua se pueden construir con ese dinero? Que se lo pregunte a la viuda de Vicente Ferrer, cuya organización está especializada en ese menester en la India.
En otro orden de payasadas, descubro con asombro que el mejor vino judío se elabora en España, no podía ser de otra forma, este país nuestro de los excesos con su sol y su tierra elabora un vino ideal para ellos, eso sí, siempre que en su elaboración sólo intervengan judíos. Ni siquiera las moscas pueden acercarse a contaminar tan preciado caldo.
Atrapados como estamos en la maraña del absurdo, ¿qué nos queda?, ¿el exilio interior o el exilio exterior?
Los payasos de la infancia hacían reir, éstos, o dan miedo, o dan pena o dan vergüenza.

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