Me resisto a pensar que la dupla fútbol y violencia siga encadenada de por vida. Me resisto a observar cómo el paso del tiempo, ese que forma canas, no templa los ánimos de algunos. Me resisto a asumir que esto no tiene solución. Me resisto a no esperar que el futuro sea de otro color. Por último, me resisto a leer la noticia que aparece en la prensa de hoy, que habla de un entrenador croata, agredido en su último partido, que se ha suicidado, harto de denunciar la violencia en el fútbol regional y de que ésta quede impune.
No me resisto a acabar diciendo que la solución depende de nosotros.
Berenjenas rebozadas
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Asar las berenjenas enteras en el horno. Dejar que se enfríen y quitarles
la piel dejando la parte de arriba como en la foto. Hacerles unos cortes y
estend...
Hace 4 semanas
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