viernes, 25 de julio de 2008

brujas

Todos los cocheros que en sus coches de caballos pasean a los turistas por la ciudad de Brujas aflojan el paso al llegar al lago del amor. El ensanche de los canales forma un rincon acogedor y romántico al que los cocheros se refieren en múltiples idiomas para explicar que una joven, cuyo amor no era aprobado por su padre, se escondió por aquí y murió. El joven separó las aguas del lago y enterró a su imposible amor bajo las aguas. Después de recuperar el trote normal, el conductor seguirá recorriendo los múltiples recovecos del casco antiguo de una ciudad que no tiene desperdicio en cuanto a su estética arquitectónica, el cuidado del entorno y el gusto por lo bello que parecen tener los habitantes del lugar. Las leyendas se suceden en una ciudad que parece el escenario de un cuento de hadas o de una película medieval, donde los turistas somos extras del rodaje de miles de fotos y de películas diarias. Otro rincón que muchos visitarán será la Iglesia de la Santa Sangre que alberga una reliquia con restos de la sangre de Cristo. Fue Thierry de Alsacia, uno de los caballeros de la época, quién al termino de la segunda cruzada, en el siglo XII, trajo a Brujas las gotas que Jose de Arimatea guardó, según cuenta la leyenda. La iglesia no siempre presenta la reliquia para su observación; si ese día toca que sí, verá un cilindro con algo dentro que no se puede definir, mientras los altavoces hablan en múltiples idiomas invitando a los presentes a que besen la reliquia y a que dejen su donativo para el mantenimiento del templo. Múltiples e intricados recovecos siguen a la vera de unos canales navegables desde los que la perspectiva cambia. Seguro que a más de un cochero de esos que conducen bajo sombrero de paja, les preguntarán los turistas que cómo era Brujas cuando el conde Thierry llegó de Tierra Santa. Uno dificilmente puede imaginar esta ciudad sin la pulcritud de sus calles, que refleja la luz del mediodía, y sin los extras, que soñamos con una máquina del tiempo reversible, que nos lleve a noches oscuras bajo las estrellas en oscuros rincones donde sólo se escucha el ruido de cascos de caballos que vuelven de una guerra lejana trayendo consigo el cansancio, los muertos y las leyendas que perdurarán por los siglos de los siglos.

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