Hablo de dulces nombres como el de María mientras se suceden las palabras, muchas, algunas no ciertas en teléfonos lejanos, se suceden los paseos, muchos, los sueños vienen intranquilos a través de duermes y velas, hay ruido afuera, los festejadores se retiran y apuran el tiempo. El frenazo de mi vida, las décimas de segundo, el corazón volcado. Llega la muerte de alguien que conocía, la gente se va y nos quedamos los que también se irán, todo el absurdo se concentra en esta secuencia de estar y no estar, en esta película llena de despedidas y reencuentros, de frases hechas y de otras verdaderas que se olvidan. Quizá sea esto la vida, esperar mientras matamos las horas, desconozco que significará para el zorro, a la salida del tanatorio nos mira desde su atalaya con el contraste de su enorme cola contra la oscuridad, y tal como llega desaparece, estará buscando comida o presa, otra muerte, y no le quedará cargo.
martes, 14 de octubre de 2025
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