A él, que nació como aquel que dice antes de ayer, nadie le enseñó y explora todos los sentidos sin saber si son cinco o treinta y tres, todos se le amontonan y se le mezclan, ebullición de sensaciones, aquí placeres y allá dolores. Abre los ojos a la par que extiende un brazo, la mano busca algo, la boca en pos de la comida, succiona, chupa, los pies a su aire, quizás la nariz encuentre algo, los ojos se cierran pero la agitación continúa y al abrirlos no sabe lo que ve, se puede añadir un llanto que vuelve a él a través de otro sentido y que resuena en su cabeza junto con las palabras amorosas y los besos sonoros; al alcanzar la paz, nadie sabe cómo, parece dormir como un bendito.
lunes, 14 de julio de 2025
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