La estupidez se manifiesta en la reiteración de los aficionados que silban a Cucurella durante dos partidos, cada vez que toca el balón, por una decisión arbitral que él no tomó, principalmente porque no es árbitro.
La estupidez se manifiesta en aquellos que de espaldas al campo, megáfono en mano, arengan a los seguidores, normalmente no llevan camiseta y marcan los gritos, consignas, el paso en la batalla. Hasta deben pensar que su sacrificio merece la pena.
Por último la estupidez se manifiesta también en la reiterada costumbre de gastar millones en fichajes durante el verano para remediar la mala temporada anterior, dinero que parece sobrar; dice el sentir popular que con buena picha bien se jode.
La estupidez se manifiesta en aquellos que de espaldas al campo, megáfono en mano, arengan a los seguidores, normalmente no llevan camiseta y marcan los gritos, consignas, el paso en la batalla. Hasta deben pensar que su sacrificio merece la pena.
Por último la estupidez se manifiesta también en la reiterada costumbre de gastar millones en fichajes durante el verano para remediar la mala temporada anterior, dinero que parece sobrar; dice el sentir popular que con buena picha bien se jode.
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