La luna de los ojos quietos, atentos, más cerrados, más abiertos.
El suspiro de luna, ahí, a escasos centímetros, mirándome, me deja huérfano de entendimiento, o removido por dentro y sin palabras, no hacen falta.
Tira de mí y luego me mira, no puedo saber ni adivinar lo que ve.
A veces se encuentran dos lunas y no se reconocen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario