domingo, 20 de abril de 2025

cielos

La Semana Santa cambia la fecha cada año, son unos pocos días pero suficientes para pensar que llegarán los cielos azules y como no podía ser de otra forma la incertidumbre está asegurada para aquellos que miran hacia  arriba.
Para mí, que miro de otra forma, no hay tal miedo o deseo, que la naturaleza siga su curso, desetiqueto los días, uno más o tres más, me queda alguna efeméride suelta que algún día olvidaré. Veo algunas imágenes, excelsas, preciosas, que ahora se bambolean fuera de su normal quietud. La gente reza o llora a su paso, la vida pende de hilos que queremos que no se rompan. Para otros llegó la niebla, no la querían, pero les persiguió hasta dentro del túnel, infiltrada en cada poro. Aún vivo, aunque sea en mi ignorancia, así que para alejar fantasmas leo en voz alta o casi, son rimas de Bécquer.
Y si levanto la vista sigo viendo la profusión de realidades, hay fe y otras cosas, nazarenos con capirotes, aguas, Cristo bajo plástico, palabras susurradas en televisión al ritmo de tambores y cornetas; al otro lado, con solo apretar un botón, la tv basura sigue arrojando mierda.

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