Un perro de la ONCE acompaña a su dueño al teatro, él no verá pero escuchará, el can queda obediente a sus pies sin descifrar las palabras que hacen crecer poemas cuando juntan letras en el alma.
El cartero comercial siempre llama a nuestra casa. Con qué comercia, sería una buena pregunta. Pero no la haré.
Como no haré tantas otras preguntas que luchan por no quedarse dentro, que pugnan por salir a borbotones aun sabiendo que no tienen futuro.
Escribo con un lápiz sin punta. Seguir escribiendo sin colores o con colores invisibles que no se ven.
La pasada noche extravié los sueños, no me llegaron, ese duermevela que cansa, de un lado para otro, no estoy a lo que estoy.
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