Son casualidades las que gobiernan la vida, todo lo que nos ocurre, puro azar, no hay presagios ni manos que guían ni cielos que nos esperan, ni destinos marcados o escritos, ni señales divinas o rezos escuchados. Así de injusto y así de triste o de alegre, porque saber que nadie nos mira es alentador y que nadie tendrá que perdonar nuestros pecados también. Es casualidad que en el día con más viento del año, cuando el suelo se ha poblado de todas las hojas del mundo, yo me agache para coger un par de ellas, una preciosa, roja, de varias puntas, y otra también, verde, ovalada, y todo para dibujarlas, como un niño, y cuando me pongo a ello descubra que la verde es artificial, la que perdió la naturalidad que nunca tuvo, la que no cayó de un árbol, la que casualmente yo recogí de entre miles.
Macarrones con salsa de pistacho
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Cocer la pasta durante 10 minutos y mientras tanto preparar la salsa de la
siguiente manera: Pochar un calabacín mediano cortado en trozos con piel.
Pelar ...
Hace 4 meses
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