La serenidad en ese rostro, también todo el futuro. Ya salían los soles por el horizonte cuando apareció. La vi venir y pensé en la naturaleza ignorada, hasta en la conocida. Ella era una de las pocos habitantes de las calles, y es que son días de éxodo, de calles vacías y aplanadas en las que encamino mis pasos, camino los metros hacia algún lado desde que quedó abierto el nuevo día, lleno de sinónimos, indefinible e indefinido en su ulterior desarrollo.
domingo, 11 de agosto de 2024
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