jueves, 28 de marzo de 2024

almas

Almas en pena vagando por pasillos y tiendas de precios de otro mundo, almas en pena que miran sus pantallas o las otras ansiando noticias de adelanto que nunca llegan, solo llegan los retrasos que acumulan minutos poco a poco, tiempo que llega a convertirse en mas que minutos. El verano llegó al aeropuerto, se les olvidó acondicionar el aire en la dirección opuesta, se les olvidó ofrecer un mejor servicio. Y yo con la pantalla ante la ausencia de papel blanco donde volcar algo, donde ocupar todos mis dedos y no sólo el índice, el resto agazapados, y luego observar lo que sucede, las conversaciones a voces, los susurros, los besos, el deseo, lo otro, la tos, el ruido o murmullo que todo lo envuelve, todo lo que ocurre entre las infinitas paredes que no acaban nunca. Olvidé los ojos rojos, el sueño, la risa, el miedo, la espera, el tacto que juega esperando la soledad y la oscuridad, no olvidé el no miedo, no olvidé la costumbre de pensar, de hablar al otro lado, en la distancia. Y luego ojos que se cierran y oídos que también se cierran, y pestañas largas y brazos cruzados y quizás sueños que vienen por el aire sin color, son blancos y negros con infinitos grises.

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