jueves, 8 de febrero de 2024

IA

Un domingo, un sol, la IA que escribe, de momento mal, la IA que sabría describir otro sol naciente, no el mío, el nuevo Dios que no todo podrá (añadir mayúscula no amplía su poder). Miro y duermo, actos repetitivos, con manta que puede ser verde y con cuadros. Luego despierto, todo nubes, seguirá el día y al acabarlo aunque no haya visto el sol sabré que estaba ahí. Mañana las andadas volverán, es difícil que no lo hagan, y yo empezaré a utilizar ordinales y cardenales según me plazca. Veré a una persona que busca algo sin saber qué en el contenedor de papel, lleva puestos unos ojos azules y un habla que se interrumpe. Si ayer hubo un beso nadie sabe lo que habrá hoy, todavía no escucho susurros y lamentos, no acecha la locura. No le pregunten a la IA por el futuro, no lo sabe, en eso se parece a nuestra humilde inteligencia.

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