miércoles, 1 de noviembre de 2023

alicante.2

De mañana y tan cerca del cielo, justo encima, vemos los hilos blancos y deshilachados, la campana calla de momento y siempre es un gusto ver las palmeras que se recortan contra un fondo como en ese paseo de suelo con olas donde yo enseñaba mi brazo vendado.

La visita guiada es amena y entretenida, recordaré los vítores, el manteo y las setas con limón. Se me olvidará el nombre de Susana Llaneras Rico, la chica más guapa de Alicante que sirvió de modelo para la aguadora. Él mismo lo afirma, es una ciudad tranquila. Alicante no tiene el monumento imprescindible, por eso hay que entretejer historias que nos enganchan, de un poco se hace mucho. Yo añado, tiene la inmensidad del mar, con eso me basta. En San Juan está brillando y el tranvía nos acerca para comer un buen arroz y una inolvidable tarta árabe. El castillo tiene dura subida, buenas vistas y falta de información. Lo mejor es su gratuidad. El barrio de Santa Cruz quiere ser más del sur, con blancos y azules, con macetas y flores, con escaleras para alcanzarlo, decorado también para celebrar la coronación canónica de la Virgen que se celebra hoy en la Concatedral. Y ya de noche asistimos en el Teatro Arniches al espectáculo de Melomans que representan Libre. Musical a capella inspirado en la vida de Nino Bravo, ellos son cuatro valencianos que se valen de su voz para cantar y entretener al público en un bonito y emocionante acto.

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