En el despacho que parecía un trastero podías encontrar libros y más cosas, y una enciclopedia Salvat que luego fue mía, hecha cada semana con fascículos, y es que él la hizo pensando en mí a una distancia de 600 km. sin saber que muchos días después cuando él ya se hubiera marchado yo la consultaría y me serviría y me acompañaría siempre; como en todo trastero había cachivaches, cosas como un escritorio, un tintero y una balanza mágica donde yo jugaba a buscar el equilibrio entre los platillos, a izquierda y derecha, poniendo y quitando pesas macizas para hacerlos subir y bajar, una forma de pesar la vida, ese fruto, esa cosa, ese alma, esa ilusión.
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Hace 1 mes
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