martes, 22 de noviembre de 2022

atemporal

Leer las letras como se quiera, como poeta que recita o como activista que denuncia, hay más formas, o ponerle musica y escuchar, y sentir algo para no estar muerto. Eso es lo menos que se puede hacer para honrar la memoria de Pablo Milanés que falleció hoy en Madrid. También habría que leer algo a Pío Baroja, y hasta pisar alguna de las calles que habitó. Un plano guía editado estas fechas y que se puede recoger en las bibliotecas de la capital puede ayudar. Y yo me quejo para mí mismo que por qué nadie me hablo de ese Baroja crítico, enfrentado a tantas cosas, diferente a la uniformidad que me enseñaron y que viví en aquellos años de pensamiento único. Será que hay que volver a los antiguos, esos que son intemporales, cuya música y sus letras no envejecerán nunca, pero lo antiguo choca con un mundo rabiosamente activo que dificulta la reflexión y el paseo sosegado. Qué mejor que la tarde que se cierne, que trae lluvia fina con viento y tantas hojas de otoño como habitantes. No olvido que comemos en un local que arrancó en 1951, una casa de comidas llamada El Bierzo, humilde y con platos de casa, sin florituras, donde todos los que allí están son, somos, mayores. Y a través de la ventana, una vez fuera,  veo reencuentros y abrazos, y es que los mayores también necesitamos eso.

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