jueves, 31 de marzo de 2022

mudo

 

Es todo cine mudo, el niño parece bailar en la silla del barbero, busca quitarse la capa o delantal que le cubre, quizás le piquen los restos, le moleste el ruido o no le gusten que se lleven su pelo, su cara gime y grita pero el cristal amortigua parte de la realidad.

En otra escena ellos, sentados, están cabizbajos, es su sueño que los vence. Pareciera que les venció la vida, pero ahí siguen, contra viento y marea, todas las calles son suyas.


Y la película de antaño acaba cuando me abandono tras un ir y venir que llega acompañado de un estertor tardío, donde en un momento dado sólo siento un cuerpo desplomado que queda esperándote.

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