Novela larga, de lenguaje buscado, llena de sueños y soñadores. Hay realidad, triste, y sólo la ensoñación pone descaro y, acompañándose de la mentira, crea un mundo diferente, pero que no vale para cambiar el día a día, vida paralela, soñada, que despierta para seguir habitando aquí y ahora, es sólo decorado, humo y fachada; por lo tanto no hay otro posible final, el descarrilamiento y la huida. Notable ejercicio de imaginación.
Juegos de la edad tardía.
Luis Landero. 1989
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