Hay de todo en esta novela, diferente. Hay formas que sorprenden dentro de la amplia extensión, pareciera que sobran páginas en algún momento, pareciera que algunos personajes aparecieron y desaparecieron, literalmente, pero es que el protagonismo se va comprimiendo, encerrado en la pasión. Un libro que atrapa y que no se olvida fácilmente, con algunos pasajes impagables, como ese telegrama de cientos de palabras o como esa soledad que camina por las calles de Paris.
Bella del señor. Albert Cohen. 1968
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