A unos kilómetros de
Brihuega están los campos de lavanda que todo el mundo busca. En el pueblo
quedaron los tonos malva, lilas, que decoran las calles y guían la fiesta. Es lavanda
o lavandina y todavía somos pocos, los contamos con dedos. Olor no muy grande,
inexistente casi, salvo que pases tus dedos por las flores. Las abejas a lo
suyo, y menos mal que no nos hacen caso. Zumban, vuelan y demás. Se pueden
pasear los campos, por hileras. Colores verdes y lilas. En Brihuega hay
excursiones y grupos que van de aquí para allá. Y la banda que inicia el pasacalle
y algunos que les siguen. A mí me suenan a circo esas primeras notas. Iglesias cerradas,
cementerio donde es difícil no pisar las tumbas y paraguas que se abren al
revés para engalanar.
De Brihuega a Sigüenza hay
más campos lilas y más gente que ha aparcado y que se ha vestido de blanco para
que la foto sea diferente. A mí que me lo expliquen o también me digan por qué
nadie para en esos campos segados donde la paja que se quedó pinta amarilla,
reluciente. Incitación a fotografiarlos, campos de Castilla.
Comemos bien en Sigüenza y
enfrente está la Catedral, con buena audio guía. Se está bien, casi hace fresco.
Hay claustro alto y luminoso, capillas y explicaciones. El Greco firma una
Anunciación, pero la estrella es el Doncel. La visita se paga con ello. Preciosa
escultura de quién murió en la reconquista de Granada. Sus padres, hermano y
abuelos están cerca. El mausoleo de Fadrique y el altar de Santa Librada se
juntan y son preciosos. Y el Diocesano, museo, se visita con la misma entrada. Todo
por ver la Inmaculada niña de Zurbarán. Lunas de puntas hacia abajo con vestido
blanco y expresión inigualable. Donantes que se convierten al cristianismo y
exhiben kipa, desafiando a la autoridad. Y otros que ofrecieron el retablo
encargado para salvar de la peste a alguien querido. San Roque y San Sebastián
como posibles intermediarios contra la epidemia. Nunca sabremos si la mató la
peste o la vida. Algún Tiziano, un Carmona y un Salzillo. Interesante museo.
En
la calle hace casi frío de chaqueta. Se pasará en los campos lilas donde los
humanos parecen haber ahuyentado a las abejas. Quizás acabaron su trabajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario