sábado, 11 de mayo de 2019

feria


Camino de Extremadura hay verdor en las colinas, llanuras, encinas y alcornoques. Majestuosa la vista del castillo en lo alto. Esperamos, la iglesia está cerrada, las cigüeñas hacen ruido y vuelan. Ya en compañía ascendemos a lo alto de Medellín para visitar su teatro ya reformado, precioso. Romano, listo para la declamación y el habla. Nos llegamos hasta ese castillo, inabarcable ahora ante nuestros ojos. Vistas a los cuatro puntos cardinales. Hernán Cortés no se va de la plaza donde nació, los pensionistas juegan a las cartas y como en la mayoría de los pueblos la vida parece haberse detenido. Comida en Mérida, breve visita a Alange donde hay hotel de lujo con balneario y bonito pantano que hoy se antoja demasiado caluroso, con lo que el paseo queda en suspenso, igual que la seguro fascinante subida al castillo que preside la localidad. Aproximándonos al destino vemos viñas, olivos y almendros. Ya en Feria, nada de lo dicho cuadra con la realidad. Pueblo hermoso, de casas blancas y silueta que corona un castillo dejando abajo la Iglesia. Las cuestas son de otro tiempo, de pendientes que cuesta medir y escalar. Antesala de fiesta se respira en alguna atracción y en bares donde se siente el verano en terrazas; banderolas y música. Recorremos calles visitando altares y ventanas donde las cruces se engalanan con flores. Trabajo de meses, expuesto ahora, admirado y premiado. El pueblo participa y lo vive. Y lo hará más el día grande, el de la Santa Cruz, el tres de Mayo. Ese día todos a la plaza, allí en la iglesia se imponen cruces a los nuevos miembros, varones, de la Hermandad, se bendicen éstas y se sale en procesión. Autoridades, banda, himno de España, presidente de la Junta, niños, niñas, jóvenes y mayores portan cruces, hasta un total de 75. Llevadas a andas, bajo sol y sombra. Se paran y se cantan coplas, monótonas pero sentidas, ella llora y no puede acabar. Desde balcones o a pie de calle. La señora mayor también canta, su pelo es blanco. Siempre se aplaude el sentimiento y el esfuerzo. Zafra después, comemos. Visita rápida, a plaza mayor y plaza chica. Recuerdos de ferias donde se medían cosas en columnas. Mi padre debió de estar por aquí, qué buscar. Imprevistos después, la salud. No obstante podemos tomar algo en lugar privilegiado, el convento de la Parra, hoy hospedería. Patio blanco de fuente y naranjos. 21 habitaciones para ausentarse de la vida por un rato.

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