Hubo un tiempo en que dormí en hoteles, días, y semanas. Algunos de
ellos pertenecientes a la cadena NH. En 1996 se instauró el Premio NH de
relatos. Luego rebautizado como Premio Vargas Llosa NH y parece, según google,
que finalizado en su XIV edición. Parte del botín de la estancia era llevarse
el pequeño libro que reunía algunos de los relatos premiados. Encuentro los del
96 y 97, leídos dos años más tarde cada uno. También ese tiempo se llenó de
aeropuertos y viajes en aeronaves donde a veces se puede leer. De día cuando se
va y de noche cuando se vuelve y sólo se ven luces allá abajo si las nubes lo
permiten, y cuando parece que ver inspira confianza, aunque no sea tal, y un
libro es un pequeño asidero al que agarrarse cuando la nave se mece u objeto
que se cierra cuando ésta se estremece. Una noche de Abril del 98, en el aire,
Barcelona-Vitoria.
Noche de relatos.
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