Donde
la web no llega. A veces la hemeroteca no da más de sí. La digitalización
universal puede esperar. No sé de donde saqué la noticia, el texto. De un
libro, seguro. Pero no recuerdo cual. Un novillero, José Platos, de Bilbao, que
se volvió loco a causa de su ascensión en globo. Hinchado de humo éste último,
el pobre atado a una silla, amarrada a las patas de una mesa (la mesa puesta
del revés hacía de barquilla). Quizás fuera el vértigo, que puede conducir al
pánico, que puede conducir a alucinaciones, que puede conducir a un tiempo sin
alternativa, a un albero sin arena y enrejado.
domingo, 18 de septiembre de 2016
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