Jim Croce murió con treinta años. Despegando en una avioneta. Fallo humano,
el piloto no vio el único árbol de los alrededores. Era el año 1973. Había completado
un concierto y se dirigía a otro. Lo que se denominaría cantautor. Con bigote
de otro tiempo. Aspecto de trabajador de muelles, su voz encadena y sus letras
deslumbran. Sensibilidad, sentimientos, todo plasmado en breves minutos. Melodías
que lo dicen casi todo. Palabras que desbordan. Dicen que la escribió al
enterarse del embarazo de su mujer. Time in a bottle (o el tiempo en una
botella) se convierte en una de esas hermosas canciones de amor (la
clasificación de las mejores siempre es muy particular) que pone los pelos de
punta. “Guardar el tiempo para pasarlo contigo una vez que la eternidad pase de
largo…”¿hay alguna declaración mas hermosa?.
Y qué decir de “I’ll have to say I love
you in a song”. Directa y
simple. “Cada vez que intento decírtelo, las palabras salen mal…). También el
desamor, un diálogo de dos que sólo nos muestra al cantante hablando con una
operadora telefónica. Su antiguo amor se fue con su mejor amigo. Quiere decirle
que lo superó. La canción se tituló “Operator (that’s not the way it feels)”. Y
no es cierto, el tema confirma que el protagonista no superó la pérdida. Hay mas,
esto es un esbozo. La producción fue espectacular. Llegué a Croce vía esa
canción de Operator. Quizás por las radio fórmulas de la época. Quizás en una
de esas emisiones nocturnas que me hacían soñar y algunas veces lagrimear. El amor
tiene mucho de ensoñación, a oscuras, en silencio. La cama, y la almohada
ayudan. El rostro se hunde. Las ondas, mágicamente, recorren kilómetros y
llegan a una antena desplegada. El altavoz acumula polvo. Huecos que dejan
salir palabras. Alguien las enlaza. Yo la recibo. Las asocio. Las neuronas
juegan y saltan. Caprichosas. La imagen de alguien en la mente, que se conoce o
no. Un ideal, un deseo. Una voz suave que agota el día, que arrulla y que te
dice que todo está bien. Que mañana brillará el sol. Apago la luz. Soñar. Imaginen
a lo que hubiera llegado Croce si ese árbol no se hubiera cruzado en su camino.
E imaginen los sueños que nos hubiera provocado.
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