Nada es lo que fue. Las formas de antaño, atractivas a la vista, artificiales,
iconos de modernidad, se convierten ahora en secas aristas, en especie de caja
de zapatos que la vista desaprueba. Son los coches del pasado, los de muchos
viajes. El mirafiori, o super, el 131 de Seat. El Miraflores. En castellano no
suena igual de bonito. El nombre hace referencia a la zona donde está la mayor
factoría de Fiat, al sur de Turín. Todo tiene explicación. El coche en un
parking de esos centros comerciales que recuperan la calma, es de noche,
cerrada, después de haber engullido tiempo y dinero de miles de usuarios. El color
es gris. Lo miro y no lo creo. Yo conduje uno como ese. Y parecía el coche, lo
mejor. Y ahora parece algo pequeño, olvidado, antiguo. Me pregunto si volverá
la estética esa, alejada de curvas y redondeces sacadas de túneles de viento y de
aerodinámicas milimétricas. El mundo cambia y no hacen falta tantos años para
ver las diferencias. Y hay cambios para bien y otros que nos vuelven locos. Decía
Pascal, que “toda la desgracia del hombre viene de una sola cosa, no saber
permanecer en reposo en su cuarto”. O como
dice Houellebecq, “basta con dejar de participar, dejar de saber, basta, literalmente,
con quedarnos inmóviles unos segundos”. ¿Para qué? Quizás para volver a la
esencia, a la nada. Desconectar para seguir conectado a la vida, pero de otra forma, en reposo, ajeno a la
marabunta que te lleva, te estrecha, y te persigue. La que hace que compres,
consumas, veas y mires. La que quiere que rías cuando ellos lo dicen y llores
según su plan. La que idiotiza y anula la voluntad. La que nos persigue durante
los noticieros. La que da vergüenza ajena cuando uno se planta esos segundos,
frío, y ante la cara del ministro de turno es capaz de darse cuenta de que no
dice nada, de que sus palabras pierden sentido cuando se escriben y se repiten.
Palabras que forman frases, vacías, a veces llenas de mentiras. Volver al
cuarto es difícil. Y no salir, más. Te llamarán loco, te llamarán extraño,
quizás raro. No pensar como ellos, no estar a su moda. No seguir el flujo de su
vida. Todo está en tu contra. Contra corriente el esfuerzo es mayor. Quizás la
recompensa también.
Más Lisboa y alrededores
-
LUGARES QUE HEMOS DESCUBIERTO
*QUÉ COMER*
Lisboa está llena de lugares donde tomar un café y degustar uno de sus
dulces, por ejemplo en *A Padaria Port...
Hace 3 días
No hay comentarios:
Publicar un comentario