Novela brutal, recogiendo su propia vida y enganchando algo de ficción.
Descarnada, real. La vida a veces es despiadada. Y se trata de un niño que
crece al borde de la nada, con su madre como referente, ella prostituta. Quizás
lo mejor sea no hablar, evitar calificativos. Madre e hijo en relación tortuosa.
Escrita a raudales y para leer casi de golpe. Mejor escuchar, “Desvelo de amor”, del
trío Guayacan, la canción con la que la madre conseguía llorar. “Me sorprende
la luz de la mañana”, dice la letra, “en mi loco desvelo por tu amor”. No lo
consigo, insensible yo, en esta mañana de Noviembre. El final del libro casi lo
hizo.
Canción de tumba. Julian Herbert. 2011
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