Todavía está fresca la eliminación y siguen saliendo cuñas
publicitarias animando a la roja, hay que estar mas vivos. Días de cambio en lo
futbolístico y en lo real, que tenemos monarca nuevo, en ceremonia de antaño,
dicen que poco ornada, dicen que no se iban a gastar nada en el cambio,
palabras. El pueblo sale en Madrid a ver el desfile pero no en demasía, tira más
el Madrid o el Atleti, la corona esta en caída, y si no al tiempo, que todo lo
pone en su sitio, aunque no cura, el tiempo hace lo contrario, envejece al que menos
se lo espera. Les pasó a los nuestros, los de la pelota, nadie ha inventado
todavía el elixir de la eterna juventud, se hacen intentos, baldíos, nadie sabe
dónde está el manantial de vida eterna. La iglesia lo tiene claro, dentro de
ella, pero estarán enfadados ahora que el nuevo Felipe no celebra ceremonias o
misas al uso para celebrar su llegada al trono. La pelota puso a cada uno en su
sitio y no pasa nada, se acaban los fastos, la ilusión de muchos, el camino de
otros, y hay que aceptar que el juego, ¿o no era eso?, sólo entiende de blanco
o negro, existen matices de suerte, buena o mala, juego y entrega, pero nadie
suele acordarse de los segundos del podio. Existe la victoria, éxtasis para
hoy, alegría para mañana y hambre al cabo de cuarenta y ocho horas. Es así y
nadie lo va a cambiar, pasará tiempo antes de que se junten los astros y
algunos peloteros se reunan, se pongan una camiseta de color rojo y reinen
sobre el verdor. Entre medias tendremos reinado, en plena madurez del sexto de
los Felipes, reyes hasta el quinto de otros tiempos más oscuros. Para entonces,
digo yo, para cuando se ponga en tela de juicio la institución quizás no seamos
tantos, quizás las periferias hayan abandonado ya y hablen sus habitantes otras
lenguas y salten al campo con otros colores y los himnos sean diferentes y
quizás eso sea lo que tenga que suceder si así lo quieren, pero a mí me dará
pena, porque no hay nada como convivir, avenidos bien o mal. Sensato, lo dijo
el ya ex príncipe, aquí cabemos todos. Lo subscribo. Y aún digo más, cabe la
humanidad en un alma, porque fuera pieles o lenguas, algo nos une, un deseo irrefrenable
de felicidad, digamos civilizada, bien es cierto que las imágenes de ulterior
nos traen barbarie e incivilidad, donde el ser humano no llega siquiera al
estatus de tal. Largo camino por recorrer, tan largo como hace cincuenta años, imperceptible
variación de mejora, es lo que tiene contar en años cuando la tierra se hace
vieja y cumple millones de esos años que a nosotros se nos antojan tan cortos. Por
eso, búsquela, digo la felicidad, y encuéntrela mas pronto que tarde, mire dentro,
de sí mismo, no está tan lejos, serán momentos escasos, se transformarán en sosiego, se transformarán en todo eso que nos hace diferentes a los animales, saldrá una sonrisa, y luego irradie, brille y contagie su vivir, aún temporal, aún escaso, áun ligero, compártalo.
Berenjenas rebozadas
-
Asar las berenjenas enteras en el horno. Dejar que se enfríen y quitarles
la piel dejando la parte de arriba como en la foto. Hacerles unos cortes y
estend...
Hace 3 semanas
No hay comentarios:
Publicar un comentario