domingo, 1 de septiembre de 2013

museo bellas artes-sevilla


El Museo de Bellas Artes de Sevilla debería ser una visita obligada para todo aficionado al arte.  Dedicamos parte de la mañana del cuarto día de nuestra estancia en la ciudad a visitarlo y salimos encantados. Empezamos viendo un inmenso y excepcional tríptico del calvario, obra del belga Frans Francken I hacia 1585. Virgen con niño de Guillaume Benson, hacia 1550. Se suceden las salas y contemplamos una espectacular talla de San Jerónimo, obra de Torrigiano, 1525. Pasamos por los cuadros de Zurbarán, donde destaca el cuerpo color carne sobre fondo negro del Cristo crucificado expirante (1640) que apoya los pies sobre una peana quedando la figura plenamente delimitada. Vemos algunos de los angelotes de Murillo antes de llegar a la sala cumbre del museo, la que se instala en la antigua Iglesia del convento de la Merced. Entendemos la colocación de los cuadros después de atender al audiovisual que explica como las obras aquí representadas, todas de Murillo, guardan la misma colocación que en el encargo original que el pintor recibió para el Convento de los capuchinos. Muchos cuadros para admirar, para sentarse en alguno de los bancos y quedarse un rato parado sin más. El cuadro que domina el retablo mayor muestra a una Inmaculada, llamada la Colosal, sujetada por angelotes y con el azul manto ondeando al viento. A su lado una magistral obra que muestra a Santa Justa y Santa Rufina sujetando la Giralda. Fuera del retablo, en la epístola del crucero me quedo con la Piedad, de 1668, que muestra a un angel doliente y a otro pensativo ante el cuerpo de Cristo y la invocación de su madre. Y vuelvo al retablo para acabar con la obra que debajo de la colosal mejor simboliza el genio del pintor sevillano. Se trata de la Virgen de la servilleta, donde una dulce María apenas puede sostener el gesto sereno y decidido de un niño que parece querer salirse del cuadro. Difícilmente se puede mostrar tanto en tan poco. El cuadro es de tamaño pequeño, pero queda en la retina, se lo aseguro.

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