viernes, 20 de septiembre de 2013

JRJ



Son mas de 1000 páginas y lleva su tiempo, temporadas, meses, a salto de mata. El volumen reúne prosa, críticas, cartas, sus notas sobre personajes públicos,…todo de mano y letra del gran poeta. Esta es su definición: “Un poeta no es sino un hombre descontento que trastorna el mundo a su antojo…”. El lenguaje excelso, vocabulario desconocido, difícil de entender a veces, me pierdo en su poesía hecha prosa. Porque aunque él afirme: “Porque no se trata de decir cosas chocantes…, sino de decir la verdad sencillamente, la mayor verdad, y del modo más claro posible y más directo” (3-mayo-1916), esa verdad se puede decir de muchas formas y a veces con palabras de un diccionario desconocido. “Una tarde hice unos versos”, así empieza la antología. Y así paso a paso leo a través de los años y llego a Platero y yo, donde JRJ define la infancia como el periodo donde “Se mira todo y no se ve”, delicioso el texto, que transmite serenidad y paz. También habla de España, de una que sea trabajada por todos, sin charlatanerías. Y acierta con su descripción de esos españoles diferentes que “no se contentaron con el solar y la raza”. Resulta sublime la lánguida imagen que refleja de una cuadrilla de toreros a la que nadie sigue camino de la plaza. Y me encanta ese texto llamado “el techo” donde describe su “Sanatorio del retraído”, y duele la inmensa pena que siente en “Mi padre”. Para acabar, lean su emotiva despedida al compositor Enrique Granados desaparecido en el agua tras el torpedeo del barco en que viajaba en el canal de la Mancha, 1916. No defrauda JRJ, ni mucho menos.

Obras Selectas. Parte 1. Juan Ramón Jiménez

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